Posteado por: orthosalud | octubre 25, 2013

Cuanto más chocolate, menos grasa corporal

chocolateLa revista Nutrition publica esta semana un estudio, realizado por expertos de la Universidad de Granada (UGR), en el que analiza cómo influye el consumo de chocolate en los niveles de grasa total (la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal).

Este trabajo, que desmonta la vieja creencia de que comer chocolate engorda, tomó como muestra a los adolescentes que participaron en el estudio HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), que analiza los hábitos alimentarios de los jóvenes de nueve países europeos, entre ellos España.

Los resultados, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica ( dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura.

Es importante destacar que estos datos fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.

Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), “recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos”.

De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: “Es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica”.

Asimismo, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California (EE UU) observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate  también se asocia con un menor  índice de masa corporal. Además, estas cifras se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.

Según los expertos, este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.

No solo importa el impacto calórico

Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia. El estudio contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física y un detallado registro dietético.

Los autores destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado solo en términos calóricos. “Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad”.

Con todo, los investigadores insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. “En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno”.

Los científicos apuntan que sus hallazgos “tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo”.

Fuente: SINC

Posteado por: orthosalud | octubre 6, 2013

¿Es capaz el cerebro humano de distinguir una falsa sonrisa?

Foto:Håkan Dahlström

Foto:Håkan Dahlström

Los seres humanos deducimos el estado de ánimo de los demás a partir de sus expresiones faciales. “El miedo, la ira, la tristeza, el disgusto o la sorpresa se infieren rápidamente de este modo”, explica David Beltrán Guerrero, investigador de la Universidad de La Laguna. Pero hay emociones más difíciles de percibir.

“Existe una amplia variedad de expresiones más ambiguas, de las que es difícil suponer el estado emocional que se esconde detrás. Un caso paradigmático es el de la expresión de alegría”, continúa Beltrán, que forma parte de un grupo de expertos de la institución canaria que ha analizado en tres artículos científicos la capacidad de la sonrisa para falsear esta habilidad de deducción innata en las personas.

“La sonrisa desempeña un papel fundamental en el reconocimiento de la alegría o felicidad de otros. Pero, como sabemos, no siempre que sonreímos estamos realmente alegres”, añade. En algunos casos, la sonrisa refleja simplemente cortesía o afiliación. En otros, puede incluso ser un recurso para ocultar sentimientos y motivaciones negativas, tales como dominancia, sarcasmo, nerviosismo o vergüenza.

Para desarrollar esta línea de investigación, los autores crearon caras compuestas por bocas sonrientes y ojos que expresaban emociones no alegres, y las compararon con caras en las que tanto bocas como ojos se relacionaban con un mismo tipo de estado emocional.

El objetivo fundamental fue descubrir hasta qué punto la sonrisa sesga el reconocimiento de las expresiones ambiguas, y hace que se identifiquen con la alegría a pesar de estar acompañadas por ojos que expresan claramente otro sentimiento.

El poder de una sonrisa

“La influencia de la sonrisa depende mucho del tipo de tarea que se les pida a los participantes y, por tanto, del tipo de actividad en el que estemos inmersos cuando nos encontramos con este tipo de expresiones”, apunta Beltrán.

Así, cuando la tarea es puramente perceptiva –como la detección de rasgos faciales–, la influencia de la sonrisa es máxima, hasta el punto de que no se encuentran diferencias entre las expresiones ambiguas (boca alegre y ojos no alegres) y las expresiones genuinas de alegría (boca y ojos alegres).

En cambio, cuando la tarea implica categorizar las expresiones, es decir, reconocer si es de alegría, tristeza o de cualquier otra emoción, la influencia de la sonrisa disminuye, aunque sigue siendo importante, ya que en un 40 por ciento de las ocasiones los participantes identifican las expresiones ambiguas como genuinamente alegres.

Sin embargo, la influencia de la sonrisa desaparece en la evaluación afectiva, es decir, cuando se le pide a alguien que valore si la expresión facial es positiva o negativa: “La sonrisa puede llevar a tratar una expresión no alegre como alegre, excepto cuando estamos implicados en la evaluación afectiva de dicha expresión”, subraya.

Un estímulo difícil de valorar

Para los autores, la razón por la que a veces la sonrisa conduce a una mala categorización de la expresión tiene que ver con la alta ‘saliencia’ visual de la sonrisa –su capacidad para capturar la atención– y su casi exclusiva asociación al estado emocional de alegría.

En una investigación reciente, encontraron que la sonrisa domina gran parte de las etapas iniciales del procesamiento cerebral de las caras, hasta el punto que provoca actividades eléctricas del cerebro similares para expresiones genuinas de alegría y expresiones ambiguas con sonrisas y ojos no alegres.

Mediante la medida de movimientos oculares, observaron que una expresión ambigua se confunde y categoriza como alegre si la primera fijación de la mirada cae en el área de la boca sonriente, en lugar de en el área de los ojos.

Sin embargo, es curioso que la influencia de la sonrisa en estas valoraciones no es igual para todas las personas. “En otro estudio comprobamos que las personas con ansiedad social tienden a confundir menos las expresiones ambiguas con expresiones genuinas de alegría”, concluye Beltrán.

Fuente: SINC

Posteado por: orthosalud | octubre 1, 2013

El ejercicio físico disminuye la presión arterial nocturna

Foto: Marlen Mädiger

Foto: Marlen Mädiger

Científicos de la Unidad de Investigación del Centro de Salud La Alamedilla de Salamanca, dentro del estudio EVIDENT, han analizado «la relación de estilos de vida, fundamentalmente la alimentación y el ejercicio, con el envejecimiento arterial”, explica Luis García Ortiz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca. Los sujetos participantes fueron 1.345 pacientes de Salamanca, Valladolid, Barcelona, Cuenca, Bilbao y Zaragoza que tenían entre 20 y 80 años, sin patologías cardiovasculares previas.

En la parte del estudio que se corresponde con esta publicación, en la revista científica American Journal of Hypertension  el objetivo era ver la relación entre la actividad física y el patrón circadiano de la presión arterial, que “no siempre es igual durante el día, tiene cierta variabilidad y lo habitual es que por la noche disminuya”, comenta el experto, que firma el artículo junto con José Ignacio Recio Rodríguez, investigador de La Alamedilla, y profesionales de otros centros de salud.

Esta disminución nocturna “es un factor protector frente a eventos cardiovasculares, pero a un porcentaje alto de pacientes no les baja la presión arterial por la noche y estas personas tienen un riesgo mayor”. De hecho, según los investigadores cuando las arterias están más envejecidas el patrón circadiano, que hace referencia a la evolución de esta medida a lo largo de las 24 horas del día, suele ser peor.

La actividad física se ha medido de dos formas. Por una parte, se les preguntó a los pacientes cuánto ejercicio habían hecho la semana anterior mediante un cuestionario estructurado y validado. La segunda forma fue más empírica, ya que consistió en colgar un acelerómetro durante una semana entera en el cinturón del paciente para medir la actividad física que iba realizando.

El efecto del ejercicio

Además, la intensidad del ejercicio se dividió en tres categorías: poca, moderada y mucha. Esta clasificación ha sido muy significativa, puesto que los resultados indican que los individuos que realizaron más actividad física se comportaron mejor, es decir, a mayor cantidad de ejercicio, más baja la presión arterial por la noche.

“Estos sujetos tienen un 50 por ciento más de probabilidades de que su patrón circadiano sea el adecuado con respecto a los que no realizan actividad física”, apunta Luis García Ortiz. “El patrón circadiano tiende a descender más en los sujetos que hacen más ejercicio físico, sobre todo en la actividad moderada e intensa, ya que en la actividad ligera no hay gran diferencia”, señala.

El beneficio del ejercicio físico sobre el patrón circadiano de la presión arterial es un aspecto muy concreto que hasta ahora no se había estudiado y que, dada la gran cantidad de pacientes que han participado en esta investigación, parece quedar demostrado.

 Fuente: SINC
Posteado por: orthosalud | septiembre 24, 2013

El componente emocional de la sinestesia tiene una base neurológica

Foto: Garlandcannon.

Foto: Garlandcannon.

Alrededor del cuatro por ciento de la población tiene sinestesia, una forma del funcionamiento cerebral que se sale de lo habitual, al asociar la estimulación de un sentido con activaciones en otro. Por ejemplo, percibir colores específicos cuando se leen letras o números. Esta peculiar forma de percepción se conoce como sinestesia grafema-color y es la más frecuente del fenómeno neurológico.

Científicos de la UNED han participado en una investigación que revela nuevos datos sobre el cerebro sinestésico grafema-color, en concreto, sobre su componente emocional, que hasta ahora ha sido el menos estudiado desde el ámbito neurocientífico.

“Hemos hallado variaciones estructurales en áreas cerebrales que participan en el procesamiento emocional, lo que sugiere la existencia de una base neuroanatómica del componente emocional de la sinestesia”, explica Marcos Ríos-Lago, investigador del departamento de Psicología Básica II de la UNED y uno de los autores del estudio.

Para llegar a esta conclusión, el equipo analizó la estructura cerebral de ocho personas con sinestesia con la ayuda de un equipo de resonancia magnética. Estos resultados fueron comparados con las resonancias de seis individuos no sinestésicos, tal y como revela el estudio, publicado en la revista Experimental Brain Research.

“Las imágenes obtenidas nos han permitido observar con una gran resolución espacial, la macroestructura de la sustancia gris cerebral –aquella que contiene los cuerpos neuronales– y de las vías de sustancia blanca, que permiten la comunicación entre diferentes partes del cerebro”, indica Helena Melero, investigadora del departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid y autora principal del trabajo.

Además de establecer una base neurológica para esta vertiente emocional, los resultados del estudio revelaron variaciones en núcleos subcorticales como el putamen y el tálamo. Este hallazgo supone la primera evidencia empírica que relaciona la sinestesia adquirida –como consecuencia de una lesión cerebral– con la sinestesia heredada, puesto que las variaciones estructurales aparecen en ambos grupos de personas.

La investigación, en la que también han participado expertos del Hospital Ruber Internacional, del Hospital Beata María Ana, de la Fundación CIEN-Fundación Reina Sofía y de la Fundación Internacional Artecittá, se ha centrado en la sinestesia grafema-color aunque, según los científicos, puede ayudar a conocer mejor otras modalidades del fenómeno.

Fuente: SINC

cerebroNuestro cerebro acumula información durante el día pero, ¿cómo la registra en nuestra memoria? ¿Qué hace que esta memoria perdure en el tiempo? Uno de los mecanismos principales es la consolidación de la memoria. De todo lo que vemos o aprendemos durante el día, el cerebro filtra qué olvidaremos y qué recordaremos.

Según la literatura científica, el momento óptimo para esta consolidación es mientras dormimos. Y se produce gracias a la reactivación de la información.

Ahora, investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), de la Universidad de Barcelona y del Hospital de Bellvitge han demostrado por primera vez en humanos el papel clave del hipocampo –estructura cerebral relacionada con la memoria– en los procesos de reactivación y consolidación de la memoria.

El estudio se ha realizado en pacientes de un tipo de epilepsia que se caracteriza por una atrofia y alteración de las neuronas del hipocampo. Esta alteración puede ser en uno de los dos hipocampos (epilepsia unilateral) o en ambos (bilateral).

Así, mientras los pacientes estaban ingresados antes de ser operados se les realizó una prueba para ver si la reactivación durante el sueño de la información recibida durante el día, producía beneficios en la consolidación de la memoria.

Cómo se realizó el test

«Antes de ir a dormir se les presentaba una serie de parejas de sonidos e imágenes (por ejemplo, un aplauso correspondía a la imagen de una mesa), y se les pedía que se aprendieran las parejas asociadas. Durante la noche, en una fase profunda del sueño, se les repetía la mitad de los sonidos aprendidos y a primera hora de la mañana se les preguntaba por las asociaciones”, explica Luis Fuentemilla, coordinador del estudio.

En el grupo control –sin daños en el hipocampo– y en los pacientes con epilepsia unilateral –con solo uno de los hipocampos dañados– se observó que recordaban mejor las asociaciones que se habían reactivado durante la noche. En cambio, en los pacientes que tenían los dos hipocampos dañados no tenían ningún beneficio.

«Esta es la prueba que demuestra el papel clave que juega el hipocampo en el reactivación y consolidación de la memoria», subraya Fuentemilla. Para los autores, este descubrimiento podría servir para experimentar con terapias que incluyan la reactivación de la memoria durante el sueño en pacientes con lesiones cerebrales, pero también podría abrir una nueva línea de investigación sobre cuáles son los mecanismos neuronales que sirven para fijar lo que aprendemos.

Fuente: SINC

Foto: EUROPA PRESS/UNIA

Foto: EUROPA PRESS/UNIA

El psicólogo y profesor de la Universidad de Sevilla, Luis Rodríguez Franco, ha explicado que el perro se configura como un medio «muy eficaz» para hacer terapias con ancianos, niños y enfermos, ya que «facilita la comunicación».

Rodríguez Franco, que ha participado como ponente en el curso ‘Terapia asistida por animales’ que organiza la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su sede de Baeza (Jaén), ha declarado a los medios que el perro es el compañero ideal «porque siempre obedece, no critica y, al final, es como un amigo, puedes confiar en él». En este sentido, ha explicado que lo que hace dentro de la terapia es facilitarla, pues los enfermos confían en él.

El psicólogo ha enumerado las ventajas de estar con animales, «desde el anciano que se ve en la obligación de tirarle la pelota al perro y termina ejercitando sus músculos de una forma más amena que en la gimnasia del geriátrico, al enfermo del corazón que debe sacar a pasear a su perro y se beneficia al tener que caminar un poco cada día», ha comentado.

También ha puesto otros ejemplos como la terapia con caballos, de la que ha dicho que «es muy eficaz, aunque es más difícil de llevar a cabo que la que se hace con perros», o la terapia con pájaros en las cárceles norteamericanas, que hacen que los reclusos contraigan nuevas responsabilidades.

En cuanto al tipo de can que puede ser perro de terapia, el ponente ha recalcado que cualquier animal obediente, sociable y no agresivo, con un poco de entrenamiento, puede ser apto para las funciones. Así, ha especificado que todos los que utilizan en el máster que codirige provienen de refugios en los que estaban pendientes de adopción y «todos sin excepción fueron adoptados cuando acabó el curso», ha aclarado.

Rodríguez Franco también ha puesto de relieve las diferencias entre la legislación española, «basada en el desconocimiento», y la de otros países, que permiten entrar a los perros sanos y aseados a los bares, transportes e incluso hospitales. De esta forma, ha denunciado la reducción de posibilidades de ocio que se producen cuando paseas con un perro, «ya que ni siquiera te puedes tomar un café en un bar».

El conferenciante ha concluido destacando la necesidad que existe de tener al personal formado profesionalmente en el sector; «hay muchos que hacen terapia sin tener ni idea de cómo hacerla, necesitamos regular la profesión, así como qué conocimientos son necesarios para hacer terapia asistida por animales», ha apostillado.

Fuente: Europa Press

artrosis rodillaAl menos siete de cada diez pacientes con artrosis se sienten impedidos a la hora de realizar actividades diarias, siendo el dolor (96,3 por ciento) y la dificultad para empezar movimientos cotidianos (70,5 por ciento), como andar o levantarse, los factores que más afectan y merman su calidad de vida.

Estos datos se desprenden de una encuesta nacional realizada a 500 pacientes artrósicos de Andalucía, Asturias, Cataluña, Galicia, Madrid y Valencia, con el objetivo de valorar su nivel de satisfacción con la atención médica y el tratamiento que reciben.

La encuesta, que ha contado con la colaboración de cuatro Ligas Reumatológicas y el apoyo de Bioibérica Farm, ha sido capaz también de definir el perfil del paciente artrósico español. Así, se puede ver que se trata de personas mayores, siendo las mujeres la que más la padecen.

Concretamente, la edad media de los pacientes encuestados se ha situado en torno a los 60 años y el 83 por ciento han sido mujeres; el 60 por ciento tiene su artrosis diagnosticada desde hace más de seis años y el 18,5 por ciento afirma, además, tener osteoporosis.

En cuanto a cómo de discapacitante es su enfermedad, un 1,3 por ciento afirma estar ‘totalmente impedido’, mientras que el 20,5 por ciento ha señalado estar ‘bastante impedido’ y el 45 por ciento ‘algo impedido’. A esto debe sumarse la situación psicológica de estos pacientes que, debido a su incapacidad en situaciones de rutina, pueden sufrir cambios de humor (41por ciento) y depresión (33 por ciento).

La artrosis es una enfermedad inflamatoria crónica de las articulaciones, y, según la encuesta, las más afectadas son sobre todo las rodillas (68 por ciento) y las manos (60,9 por ciento).

ATENCIÓN MÉDICA Y TRATAMIENTO

Por otra parte, la encuesta muestra el nivel de satisfacción con la atención médica. Así, se observa que un 38,5 por ciento de los entrevistados visitan a su médico entre dos y cinco veces al año y un 25,7 por ciento lo hace más de cinco veces.

Los pacientes puntúan con un notable alto (8,2) el trato personal recibido por parte del profesional médico y valoran, sobretodo, el nivel de resolución de dudas y la importancia que el médico le da a la artrosis. No obstante, valoran mejor el seguimiento del especialista que el del médico de Atención Primaria, especialmente en relación con las pruebas diagnósticas y la duración de la visita.

Asimismo, las conclusiones de la encuesta destacan que no hay diferencias significativas entre CCAA, pero sí entre aquellos pacientes asociados a una liga reumatológica y los que no lo están; los primeros están mejor informados de su enfermedad, al tiempo que señalan sentirse más apoyados.

Finalmente, en lo que respecta al tratamiento farmacológico, la encuesta evidencia que se utilizan varias familias de fármacos a la vez para tratar esta enfermedad, siendo utilizados sobre todo antiinflamatorios, analgésicos y condroprotectores.

Casi la mitad (48,8 por ciento) de los pacientes que utilizan un condroprotector (como el condroitín sulfato o la glucosamina) se sienten notablemente satisfechos con el tratamiento, frente al 36,6 por ciento de los que no lo toman; los motivos son el alivio o desaparición del dolor (82 por ciento), la mejora de la movilidad ( para el 42 por ciento) y que frena el avance de la enfermedad (13 por ciento).

Fuente: Europa Press

Foto: Wikipedia

Foto: Wikipedia

Un estudio ha revelado que el consumo de melatonina ayuda a regular el aumento de peso porque estimula la aparición de grasa beige, que quema las calorías en vivo en lugar de almacenarlas.

Estas células grasas ‘buenas’, a diferencia del tejido adiposo blanco, que sí almacena esas calorías y provoca un aumento de peso, ayudan a regular el control del peso corporal, según el trabajo, liderado por investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que ha sido publicado en la revista Journal of Pineal Research.

Los autores, pertenecientes al Instituto de Neurociencias de la UGR, el Hospital Carlos III de Madrid, y el Centro Científico Sanitario de la Universidad de Texas en San Antonio (EE UU), han desvelado por primera vez por qué razón la melatonina tiene beneficios metabólicos como tratamiento antidiabético y antihiperlipidémico.

El trabajo ha analizado en publicaciones previas los efectos de la melatonina sobre la obesidad, la dislipidemia, la hipertensión y la diabetes mellitus tipo 2, asociadas a la obesidad, en ratas Zucker jóvenes, obesas y diabéticas, un modelo experimental del síndrome metabólico.

Según los autores, la clave está en que el consumo crónico de melatonina no sólo induce la aparición de esta grasa beige en las ratas obesas y diabéticas, sino que aumenta su presencia en los animales delgados que se usaron como grupo de control.

Las células de grasa beige se encuentran dispersas en depósitos del tamaño de una lenteja por debajo de la piel en la parte inguinal de ratas obesas y diabéticas Zucker, explican los científicos.

Hormona natural

La melatonina es una hormona natural que segrega el propio cuerpo humano, y que aumenta sus niveles de forma natural durante la noche (en la oscuridad).También se encuentra en pequeñas cantidades en algunas frutas y verduras como la mostaza, las Bayas del Goji, las almendras y pipas de girasol, el cardamomo, el hinojo, el cilantro y las cerezas.

Estas observaciones, junto con el elevado perfil de seguridad farmacológica de la melatonina, hacen que esta hormona sea una herramienta potencialmente útil sola, o como complemento de la terapia para la obesidad. Dormir a oscuras y consumir todos estos alimentos podría ayudar a controlar el peso y a prevenir las enfermedades cardiovasculares asociadas a la obesidad y la dislipidemia, indica el estudio.

El estudio, coordinado por el profesor de la UGR Ahmad Agil, ha demostrado que la administración crónica de melatonina sensibiliza el efecto termogénico de la exposición al frío, potencia el efecto termogénico del ejercicio y supone, por lo tanto, una excelente terapia contra la obesidad.

Una diferencia clave entre la grasa beige, que aparece al administrar melatonina, y la grasa blanca es que las mitocondrias de células de la grasa beige expresan niveles de la proteína UCP1, responsable de quemar calorías y generar calor, señalan los autores.

Este estudio ha sido financiado y apoyado parcialmente por el Proyecto Granada Research of Excelence Initiative on BioHealth (GREIB), el vicerrectorado de Política Científica e Investigación de la Universidad de Granada y el grupo de investigación CTS-109 de la  Junta de Andalucía.

Tras este hallazgo científico, los investigadores confían en obtener la financiación necesaria para poder continuar trabajando en esta línea, como señala el principal investigador, Ahmad Agil, “y poder lograr el fin último de este avance: confirmarlo en humanos, administrando melatonina para poder ayudar a combatir la obesidad y diabetes”.

Fuente: SINC

omega 3Una investigación de la Escuela de Medicina Stritch de la Universidad Loyola de Chicago, en Illinois, Estados Unidos, concluye que el aceite de pescado omega-3 podría ayudar a proteger contra la demencia relacionada con el alcohol.

Estudios anteriores han demostrado que el abuso de alcohol a largo plazo incrementa el riesgo de desarrollar demencia, y este nuevo análisis detectó que un aceite de pescado protegió las células del cerebro de ratas expuestas a altos niveles de alcohol, de la inflamación y muerte celular.

El estudio, realizado por Michael A. Collins y sus colegas, se dio a conocer en el XIV Congreso de la Sociedad Europea para la Investigación Biomédica sobre Alcoholismo, que se celebra en la ciudad de Varsovia, Polonia.

Un análisis anterior de Collins y su colega de Loyola Edward J. Neafsey, combinó los resultados de 143 estudios y encontró que el consumo social de alcohol moderado (un máximo de dos bebidas por día para los hombres y una en el caso de las mujeres) puede reducir el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.

Parece que pequeñas cantidades de alcohol pueden, en efecto, ajustar las células del cerebro. El alcohol en cantidades moderadas acentúa las células y, por lo tanto, las endurece para hacer frente a grandes tensiones en el camino que podrían causar demencia, pero el exceso abruma las células, lo que lleva a la inflamación y la muerte celular.

En el nuevo estudio, Collins y sus colegas expusieron cultivos de células del cerebro de ratas adultas a cantidades de alcohol que equivalen a más de cuatro veces el límite legal para conducir. Posteriormente, los compararon con cultivos de células cerebrales expuestas a los mismos niveles altos de alcohol, además de un compuesto que se encuentra en el aceite de pescado llamado ácido omega-3 docosahexaenoico (DHA).

Los investigadores encontraron que había aproximadamente un 90 por ciento menos de neuroinflamación y muerte neuronal en las células del cerebro expuestas a DHA y alcohol, que en las células expuestas únicamente al alcohol. No obstante, señalan que se necesitan más estudios para confirmar si el aceite de pescado protege contra la demencia relacionada con el alcohol.

«El aceite de pescado tiene el potencial de ayudar a preservar la integridad del cerebro en los consumidores abusivos. Por lo menos, no les hará daño», dijo Collins. Pero este científico añadió que la mejor manera para un adicto al alcohol o una persona que lo ingiere en grandes cantidades es dejar de beber o reducir el consumo a cantidades moderadas.

Fuente: Europapress

Posteado por: orthosalud | septiembre 7, 2013

Dormir unas horas afianza el aprendizaje motor

Foto: Una resonancia magnética muestra la ubicación (en amarillo) del área motora suplementaria (SMA). / Yuka Sasaki | Universidad de Brown.

Foto: Una resonancia magnética muestra la ubicación (en amarillo) del área motora suplementaria (SMA). / Yuka Sasaki | Universidad de Brown.

Los científicos han demostrado que el sueño mejora muchos tipos de aprendizaje, incluido el de las tareas motoras, pero no estaban seguros de por qué o cómo. Una investigación liderada por la  Universidad de Brown (EE UU) ha averiguado la función específica del sueño en la consolidación de dicho aprendizaje.

«Los mecanismos de consolidación de la memoria respecto al aprendizaje motor eran inciertos. Nosotros tratamos de averiguar qué parte del cerebro lo lleva a cabo durante el sueño, independientemente de lo que sucede durante la vigilia”, declara Masako Tamaki, investigador postdoctoral en la Universidad de Brown y autor principal del estudio que publica la revista Journal of Neuroscience.

La investigación utilizó tres tipos de imágenes del cerebro y consiguió por primera vez cuantificar con precisión los cambios entre ciertas ondas cerebrales y la ubicación exacta de dichos cambios en la actividad cerebral.

Nueve voluntarios durmieron durante las tres primeras noches del experimento mientras sus cerebros eran escaneados tanto con magnetoencefalografía (MEG), que mide las oscilaciones cerebrales con una sincronización exacta, como con polisomnografía (PSG), que realiza un seguimiento de la fase del sueño. De esta forma los investigadores consiguieron una buena medición de referencia de la actividad cerebral y los sujetos se acostumbraron a dormir en el laboratorio.

Golpes más rápidos y precisos

Estos nueve participantes tuvieron que aprender posteriormente una tarea secuencial de golpeo de dedos. La prueba consistía en una sucesión de golpes clave cognitivamente parecidos a escribir o tocar el piano.

A continuación, se les permitió dormir por tres horas y fueron escaneados otra vez con PSG y MEG. Finalmente les despertaron y una hora más tarde se les pidió que realizaran la tarea de golpeo de dedos.

Como control, otros seis sujetos permanecieron sin dormir después de aprender la tarea y también se les pidió que realizaran dicha prueba cuatro horas después de ser entrenados. Los que durmieron hicieron la tarea más rápido y con más precisión.

Cambios en el área motora suplementaria

El último día del experimento, los investigadores escanearon a cada voluntario con una máquina de resonancia magnética, que mapea la anatomía del cerebro, de modo que más tarde pudieron ver dónde estaban las oscilaciones MEG que habían observado en el cerebro de cada sujeto.

En total, rastrearon cinco frecuencias de oscilación diferentes en ocho regiones del cerebro –cuatro regiones distintas en cada uno de dos lados del cerebro–. Los científicos esperaban que la actividad más importante se desarrollase en la región «M1» del cerebro que es la que rige el control motor, sin embargo, los cambios más significativos se produjeron en el área motora suplementaria (SMA), una región situada en la primera mitad del cerebro –en la circunvolución frontal superior–.

“Estos cambios de ondas cerebrales específicas en el SMA se produjeron durante una fase particular del sueño conocido como ‘de onda lenta’”, apuntan los científicos. Los experimentos se realizaron en el Hospital General de Massachusetts y fueron posteriormente analizados en la Universidad de Brown.

“El sueño no es sólo una pérdida de tiempo. Es una actividad intensiva para el cerebro que ayuda a consolidar el aprendizaje, porque hay más energía disponible o porque las distracciones son menores”, concluye Yuka Sasaki, coautor del estudio y profesor asociado de investigación en la Universidad de Brown.

Después de realizar los experimentos el equipo de Sasaki y Tamaki ha creado un nuevo laboratorio de sueño y han comenzado ya un nuevo proyecto para estudiar más a fondo cómo el cerebro consolida el aprendizaje en este caso visual.

Fuente: SINC

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